29 Ocak 2017 Pazar

DOLOR DE CUELLO, HOMBRO, CODO Y MANO

El dolor de cuello es una de las dolencias más comunes. En un momento u otro todos hemos sufrido alguno.

¡DESCUBRE PORQUE MILES DE PERSONAS HAN ELEGIDO EL CUIDADO QUIROPRACTICO PARA DECIRLE ADIOS A SUS DOLENCIAS DE CUELLO Y BRAZOS!

LAS CERVICALES CULPABLES DEL DOLOR DE CUELLO, HOMBRO, BRAZO Y MANO:

Las vertebras del cuello son muy vulnerables, ya que se trata de la zona más frágil de la columna: sujetan la cabeza, que pesa entre 4 y 8 kilos, mientras permiten la rotación de la misma.
Entre las cervicales pasan todos los nervios que atraviesan el hombro y el brazo hasta llegar a la mano, es decir que cualquier desplazamiento cervical puede provocar dolor o incapacidad funcional en estas partes.


Muchos factores provocan dolores en el cuello, los hombros y los brazos:

Las malas posturas al dormir.
Las malas posiciones en el trabajo (cabeza inclinada hacia delante cuando estamos delante del ordenador, teléfono que colocamos entre la oreja y el hombro…).
Los malos gestos (al levantar peso o al practicar deporte).
Los accidentes de tráfico.
El estrés de la vida, etc.
Como resultado mucha gente llega a perder la curva natural del cuello y tener rigidez y tensión en las cervicales, lo cual se traduce en irritación de nervios que puede irradiar hacia los hombros, codos y manos.

Dolor de cuello (cervicalgia o rigidez cervical)

Dolor de cuello

A menudo nos duele el cuello porque sus músculos trabajan en exceso para tratar de recuperar la curva normal de las cervicales. Así acabamos con dolorosas contracturas musculares que pueden además causarnos dolores de cabeza, mareos, visión borrosa, dolores de brazo.
Los masajes sólo enmascaran los síntomas, aliviándolos de forma temporal. En cambio, al reposicionar las vértebras en su sitio, el doctor en Quiropráctica trata a la vez el dolor y la raíz del problema.

Dolor de hombro

El dolor de hombro suele estar causado por una incorrecta posición del hombro que pone presión sobre los nervios y tendones del manguito de los rotadores haciendo que se inflamen (tendinitis) e incluso que se lesionen. También existen otras posibilidades que pueden causar el dolor de hombro:

Artritis en las articulaciones del hombro.
Bursitis, inflamación de un saco lleno de líquido que hay en el interior de las articulaciones y que ayuda a que el hombro se mueva mejor.
Síndrome del hombro congelado, rigidez de los tendones, músculos y ligamentos del hombro que causan dolor al realizar movimientos.
Dislocación o fractura del hombro.
Todos estos problemas vienen del mal alineamiento del hombro, que pinza y desgasta a los tendones, músculos y nervios del hombro. También hay que reconocer que el control del hombro viene de los nervios cervicales (del cuello) y dorsales (espalda)
Antes de recurrir a una operación o infiltraciones, hay que acudir al doctor en Quiropráctica, puesto que en la gran mayoría de los casos se trata de un dolor irradiado, es decir, procedente de un pinzamiento de nervio en el cuello.

Dolor de brazo

Dolor de brazo

La afección más temida, llamada cervicobraquialgia es un dolor fulgurante que empieza a menudo como un hormigueo, o una sensación de calor y frio y va desde el cuello hasta el brazo y a veces la mano.
Suele provenir de una protrusión o hernia discal o de un pinzamiento de nervio en el cuello.
El especialista en Quiropráctica, obtiene muy buenos resultados en ese caso gracias al ajuste específico que ayuda a restablecer el movimiento normal y la posición correcta de las vértebras liberando la irritación del nervio que irradia hacia el brazo.

Dolor de codo

El dolor más famoso es "el codo de tenista" o epicondilitis, que es una inflamación de los tendones. Un ajuste quiropráctico específico del codo ayudara a reequilibrar la articulación para que su inervación mejore y que se relajen los tendones y músculos. Sin embargo, a menos de ser un consumado tenista (sufrir un codo de tenista es algo muy raro), en la gran mayoría de los casos se trata de un problema de compresión del nervio a nivel cervical, tratamiento en el que se especializa el doctor en quiropráctica.

Dolor de muñeca

A menudo cuando la gente siente un entumecimiento en la muñeca, piensa que se trata del túnel carpiano. Muchas veces se opera cuando en realidad se trata del comienzo de una cervicobraquialgia (ver Dolor de brazo), causada por un problema cervical. Sería una lástima operar en estos casos, porque la intervención quirúrgica implica el riesgo de provocar una fibrosis. Así que antes de someterse a cualquier operación, ¡hay que mirar las cervicales!
En caso de un verdadero Síndrome del Túnel Carpiano el cuidado quiropráctico devolverá a los huesos de la muñeca su movilidad y alineación correcta para que el nervio mediano deje de estar pinzado (ver Síndrome del Túnel Carpiano).

LA SOLUCIÓN QUIROPRÁCTICA PARA EL DOLOR DE CUELLO

Nuestro equipo de doctores en quiropractica en Valencia le examinará y realizará pruebas diagnósticas para determinar de manera exacta que está causando su dolor. Si, como en la mayoría de los casos, se trata de las cervicales, le realizará ajustes del cuello suaves y muy precisos para eliminar la presión sobre los nervios pinzados y posicionar las vértebras correctamente. A la vez, estos cuidados quiroprácticos para los dolores de cuello permiten mejorar la movilidad tanto de la zona cervical como de los músculos.

Naturalmente si se trata de un dolor de hombro, un dolor de codo o dolor de muñeca y mano
el quiropráctico realizará ajustes muy específicos de la articulación en cuestión, para aliviar el dolor y solucionar el problema, eliminando la presión sobre los nervios y músculos y devolviendo el movimiento y posición correcta a la columna.



En el CENTRE QUIROPRÀCTIC LLEVANT, nuestro centro quiropractico en Valencia deseamos darte una solucion eficaz para poner fin a tu dolor de cuello, pero también a los dolores de hombro, brazos y manos que tienen como origen la zona cervical.
Por ello, te ofrecemos una sesión informativa gratuita cada lunes a las 19h para que conozcas cómo la quiropráctica puede hacer la difrencia con todo lo que has probado hasta ahora.

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Dolor en el hombro y el brazo derecho

na lesión en cualquiera de los huesos, los músculos o los nervios en el hombro o en el brazo derecho puede causar dolor. El dolor puede ser descrito como sordo fuerte, adolorido, agudo o crónico. Una lesión común en el hombro derecho y el brazo es una lesión del manguito rotatorio, que afecta a los cuatro músculos que forman el manguito. Otras lesiones incluyen fracturas y tendinitis.

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Anatomía del hombro
El hombro se compone de tres huesos principales: la clavícula, escápula y el húmero (que es común al brazo también). Hay varios músculos, nervios, venas y arterias que viajan desde el hombro hasta el brazo. Los músculos conectan con el hueso, lo que ayuda a mover los huesos. Los tendones en el brazo ayudan a fijar los músculos y los huesos.

Anatomía del brazo
El brazo se compone de tres huesos principales: el húmero (brazo superior), el radio y el cúbito. Hay también varios músculos, nervios, venas y arterias. Hay docenas de músculos, incluyendo los músculos deltoides, supraespinoso, infraespinoso, redondo menor, subescapular, redondo mayor, serrato anterior, coracobracialis, bíceps braquial, tríceps braquial, braquial anterior y subclavio.


Causas posibles
Hay muchas causas de dolor en el hombro y el brazo, incluyendo lesión en la mano, la muñeca, el brazo o el hombro, tendinitis, ataque al corazón (cuando el dolor típicamente se irradia hacia el brazo izquierdo, pero se ha sabido profundizar en el brazo derecho), fracturas, lesiones nerviosas, celulitis, tensión muscular o un esguince, osteomielitis (inflamación del hueso causada por bacterias) y radiculitis (inflamación de una raíz nerviosa espinal).

Dolor en el hombro y brazo derecho
De acuerdo con el ejercicio médico, "los dolores que se producen a lo largo de la parte superior del hombro y se extienden hacia los lados de la parte superior del brazo en el músculo deltoides, y más abajo en el brazo, incluso en los dedos, pueden estar relacionados con un atrapamiento del nervio, que se puede originar en el cuello (columna cervical). "El dolor puede ser descrito como muy intenso o agudo con cualquier movimiento del brazo.

Según Wellsphere, el dolor de un ataque al corazón es típicamente la sensación de dolor en el pecho que se irradia hacia el brazo izquierdo. El dolor en el hombro derecho en el brazo puede ser señal de una lesión del manguito de los rotadores. Un manguito de los rotadores, Wellsphere dice, es "una vaina muscular que rodea la cabeza del hueso del brazo (húmero) y la articulación del hombro completo. Los cuatro músculos que forman el manguito de los rotadores ayudan a levantar el brazo de frente y de lado y ayuda a girar el hombro hacia el interior y hacia el exterior. "Las lesiones del manguito rotador se presentan típicamente en los jugadores de béisbol, tenistas, nadadores y jugadores de fútbol. Estas lesiones son causadas por movimientos repetitivos, al caer sobre el hombro o el brazo, o mediante el levantamiento de grandes pesos.

Tratamiento
El tipo de tratamiento recibido depende de la causa del dolor. Por ejemplo, el tratamiento de una fractura puede incluir cirugía, yeso, férulas, tracción, rehabilitación o fisioterapia.

El tratamiento de la tendinitis del hombro puede incluir reposo, inmovilización con yeso, compresas de calor, bolsas de hielo, anti-inflamatorios no esteroideos o entablillar la articulación.

El tratamiento de un desgarro del manguito rotador puede incluir inyecciones de corticosteroides, cirugía, y terapia física.

Así se infartan las mujeres

Así se infartan las mujeres

Las mujeres no se infartan igual que los hombres. Tienen otros síntomas, que incluso pocos médicos reconocen. Por eso, cuando sufren un ataque al miocardio se mueren más. Sepa cómo prevenir y distinguir a tiempo las señales de un corazón traicionero.

Cuando Marcia Pupkin (45) se despertó a las 3 de la mañana con un intenso dolor en el brazo derecho, jamás se imaginó cual terminaría siendo el diagnóstico. “Sentía que todo el brazo, desde el hombro hasta los dedos, me iba a explotar”, explica. Tenía 42 años y la convicción de que esa noche iba a ser la última de su vida. Tampoco sospechó el diagnóstico final la secretaria Sonia Duff (72), que hace cinco años, en plena oficina, sintió que le faltaba el aire y no podía respirar. Se le pusieron los labios morados y sus colegas le dieron unas aspirinas para calmar un dolor que nunca cesó.

Marcia y Sonia tuvieron un infarto al corazón. Ambas tuvieron suerte, a diferencia de las 10 mujeres que mueren al día en Chile por esta causa. De hecho, las enfermedades cardiovasculares –que afectan a los vasos sanguíneos que irrigan al corazón y a aquellos que llevan la sangre al cerebro– son la primera causa de muerte entre las mujeres chilenas. “En Chile 30% de los infartos al corazón ocurren en mujeres y 70% en hombres. Y cuando ellas tienen un infarto, se mueren dos veces más que ellos”, señala la cardióloga de la Clínica Las Condes Sonia Kuntsmann. “Históricamente, las enfermedades del corazón han sido asociadas a los hombres, ya que a las mujeres se las relaciona con enfermedades que afectan las mamas y el aparato reproductor”, explica la doctora Kuntsmann.

Así lo avalan las cifras del Departamento de Estadísticas e Información de Salud, del Ministerio de Salud, que en 2008 detectó que 2.990 mujeres murieron de infartos al corazón o insuficiencia cardíaca, mientras que 1.228 fallecieron de cáncer de mamas. “Por cada muerte por cáncer de mama, se producen 10 por enfermedades cardiovasculares”, dice la cardióloga de la Sociedad Chilena de Cardiología, Mónica Acevedo. “El cáncer de mamas impacta más porque afecta a un segmento más joven, alrededor de los 45 años. En cambio, los infartos se presentan con la llegada de la menopausia, entre los 55 y 60 años”, agrega la doctora Acevedo.

Síntomas malinterpretados

La noche que Marcia Pupkin despertó afligida por el dolor en su brazo derecho, lo primero que hizo fue tomar antiinflamatorios, pero el dolor se fue haciendo cada vez más agudo, hasta que le pidió a su marido que la llevara a urgencia de una clínica privada. El médico de turno le puso analgésicos a la vena para aliviar el dolor, pero tampoco surtieron efecto. Entre tanto, Marcia había vomitado y la derivaron al traumatólogo. Tras un escáner, la mandaron de vuelta a la casa con calmantes y un cuello ortopédico, por un problema que le detectaron en las cervicales.

La indicación fue reposo absoluto por diez días, tiempo en que Marcia fue empeorando. “Me dolía mucho, no podía respirar. Era como si me estuviera muriendo”, relata. Pensando que tenía neumonitis consultó a un broncopulmonar que por fin le diagnosticó un infarto. Un cardiólogo terminó haciéndole dos bypass coronarios.

Que las mujeres se mueran más que los hombres al tener un infarto tiene una explicación lógica. Como esta afección no se asocia a las mujeres, el diagnóstico es mucho más tardío. “En el hombre la presentación del infarto es clara: siente un dolor en el pecho que se irriga al brazo izquierdo y sudoración. A los cinco minutos de ocurridas estas molestias ya está en la urgencia”, dice Mauricio Fernández, cardiólogo de la Clínica Alemana.

En cambio, en las mujeres los síntomas son variados y pocas veces piensan que se están infartando. Así le sucedió hace dos años a Ximena Montero (65), cuando le empezaron a doler las mandíbulas. “Era un dolor intermitente. Como los dolores del parto, que vienen y se van. ¡Cómo iba yo a pensar que podía ser un infarto!”. Y por no reconocer los síntomas, pasó un mes entre consultas al gastroenterólogo –quien pensó que tenía algo a la vesícula– y al neurólogo, quien le dijo que podía ser bruxismo. No conforme, pidió hora al cardiólogo. Al otro día la intervinieron con una angioplastia para destapar sus arterias.

“Los síntomas del infarto en la mujer no siempre están acompañados de dolor. Por ejemplo, sienten ahogo, cansancio, malestar abdominal, molestias en la mandíbula o cuello, vómitos y una opresión en el pecho, que produce angustia. Todos, síntomas que se pueden confundir con enfermedades de cualquier índole, incluso con crisis de pánico”, explica la doctora Acevedo.

“Por lo general sólo hasta 6 horas después de transcurridos los síntomas se puede salvar ese tejido cardíaco que no está siendo irrigado. Después, las consecuencias son severas insuficiencias cardiacas, o la muerte”, puntualiza el doctor Fernández.

Para los especialistas la culpa es compartida. Por un lado, las mujeres no saben reconocer sus síntomas y, por otro, los médicos tampoco actúan a tiempo. “Es un tema que pasa por educar a los propios pares, que por lo general tratan a las mujeres de exageradas”, dice la doctora Acevedo.

El llamado es que ante la presencia de estos síntomas y, sobre todo, si existen factores de riesgo que incidan en la enfermedad cardiaca, exijan que les hagan un electrocardiograma para detectar alguna anomalía. “Tiempo ganado es corazón ganado”, concluye la doctora Kuntsmann.

Perfil de riesgo

Las mujeres debutan con infartos al corazón cuando llega la menopausia, entre los 55 y 60 años. Los hombres, en cambio, se infartan 10 años antes. Este desfase se debe a que cuando la mujer está en edad fértil, su corazón está resguardado gracias al efecto del estrógeno, hormona que protege las arterias y los vasos sanguíneos.

Cuando cesa la función ovárica, en el climaterio, la mujer deja de producir estrógeno y, por lo tanto, el efecto protector. Sin embargo, las mujeres más jóvenes también pueden sufrir infartos, porque los factores de riesgo son transversales para toda edad.

Años antes de que Marcia Pupkin tuviera un infarto, le habían diagnosticado diabetes y tenía antecedentes de enfermedad coronaria en su familia. “Mi mamá se infartó dos veces a los 40 años y un hermano mío se infartó hace algunos años”, cuenta.

La diabetes y los antecedentes genéticos son factores determinantes para el riesgo de un infarto. “La diabetes en una mujer es equivalente a un infarto. Si dos mujeres no se han infartado, la diabética corre más riesgo porque se comporta como si ya hubiese tenido uno”, explica el doctor Rodrigo Macaya, ginecólogo de Red Salud de la Universidad Católica.

La obesidad, el colesterol, la hipertensión y el tabaquismo son también indicadores de un posible infarto. Tal como le pasó a CarmenWarner (63), que a los 49 empezó a sentir un profundo desgano, síntoma de que tenía las arterias obstruidas y la llevaron a someterse a una intervención de cuatro bypass. En ese momento tenía sobrepeso, no hacía ejercicios y comía frituras y carne casi todos los días. “Tenía el colesterol por las nubes”, dice. Además, fumaba una cajetilla de cigarrillos al día.

Según el estudio cardiovascular Risk Factor Multiple Evaluation in Latin America, efectuado en 2008 a mujeres con una edad promedio de 44 años y de siete ciudades de Latinoamérica, en Santiago 43,3% de las encuestadas se declaró fumadora, ganando el primer lugar de tabaquismo en la región y la poca honrosa mención de obtener el segundo lugar –luego de México– en cinturas generosas con 87,9 cm, cuando el máximo recomendable para reducir el riesgo cardiovascular es de menos de 80 cm.

“Cintura ancha, significa que hay mayor cantidad de grasa intraabdominal –la que se acumula entremedio de los órganos– y que genera diabetes, colesterol alto, hipertensión e inflamación arterial, todos factores que inciden en el riesgo de infarto”, explica la doctora Acevedo. “De aquí a diez años vamos a tener un aumento de los eventos cardiacos en mujeres. Tal vez no se van a morir, pero habrá un repunte de la gente infartada”, dice la doctora Acevedo.

“Hay gente que piensa que por tener las piernas flacas y el abdomen un poco abultado no corre riesgo, pero la verdad es que no es normal. Las mujeres con grasa abdominal están más expuestas que las con grasa acumulada en las caderas”, dice la doctora Acevedo.

De ahí que mantener los factores de riesgo bajo supervisión es crucial para prevenir las enfermedades cardiacas. “La combinación de hipertensión, tabaco y diabetes aumenta 4 veces el riesgo de sufrir un infarto. Por eso, la enfermedad coronaria es una enfermedad de factores de riesgo. Mantenerla controlada sólo implica cambiar los hábitos y empezar a hacer ejercicio y comer sano”, concluye la doctora Kuntsmann.

El efecto de las hormonas

El problema no es la terapia de reemplazo hormonal, sino su administración tardía. “Hay mujeres a las que se les da este tratamiento cinco años después de ocurrida la menopausia y está comprobado que eso aumenta el riesgo cardiovascular”, dice el endocrinólogo de la Universidad Católica, Eugenio Arteaga. Sin embargo, cuando la terapia es indicada durante el periodo perimenopáusico o hasta los primeros cinco años, las hormonas no resultan perjudiciales. “Este periodo se llama ventana de oportunidad y sólo aquí es aconsejable administrar la terapia. Después no tiene sentido, porque la mujer ya no tiene síntomas”, agrega el especialista.

Además, hoy día existen nuevas formas de administración. Por ejemplo, la vía transdérmica, que a diferencia de la oral, no se sintetiza en el hígado. “La terapia oral pasa por el hígado, estimulando una serie de proteínas, entre ellas las de la coagulación, lo que aumenta el riesgo cardiovascular. La vía transdérmica entra a través de un parche por la piel y llega directo al corazón, por lo que no existen riesgos”, explica el doctor Arteaga.

Atenta a los síntomas

Mientras en el hombre los signos del infarto son claros: dolor en el pecho –que se irradia al brazo izquierdo– y sudoración, la mujer experimenta una variedad de síntomas que no siempre están acompañados de dolor. Por eso, si se tienen factores de riesgo, es importante estar alerta cuando se presenten una o más de las siguientes molestias: dolor abdominal, dorsal o mandibular; dolor en el hombro o en el cuello; mareos, náuseas o vómitos; dificultad para respirar; fatiga; palpitaciones; indigestión; pérdida breve de la conciencia, y angustia por opresión en el pecho.

¿Dolor en el brazo derecho?

¿Dolor en el brazo derecho?

Es que ya no
Aguanto mi brazo. Pero si esto significa una pérdida de tiempo para usted o simplemente no quiere hacerlo, no es necesario que lo haga, lo entiendo.
Pero si quiere ayudarme, aquí está todo lo que podría decirle (es largo... ¡Lo siento!):
Bueno, en noviembre del 2009 me comenzó un dolor en el brazo derecho, y esperando que
se me pasara esperé un mes, y nada. Tenía hinchados los dedos. Nunca me pegué,
ni me lo torcí, ni nada por el estilo. Sólo empezó a dolerme. 
En diciembre fui al médico y me diagnosticaron epicondilitis (lateral),
me dijeron que tenía que usar una muñequera, brace, y un cabestrillo si se me
cansaba el brazo. Me hicieron un exámenes (radiografía y ecografía) y estaban
buenas. El doctor dijo que era por sobre uso. Pero el dolor en esos días no era tan fuerte ni constante. 
Pero bueno, no pude hacer el reposo que me pedían porque estaba en los exámenes
finales y todo eso (muñequera, cabestrillo, etc) me incomodaba, y además estaba preparando unos bailes que
tenía que presentar (bailo flamenco). En enero volví al doctor y estaba peor, me
dolía mucho más, había veces que no me dejaba dormir, o incluso me despertaba
en la noche por dolor. Tuve que hacer un mes de reposo. En febrero, tenía que
comenzar de a poco a retomar mis actividades y así lo hice. Mi brazo estaba
mejor, y lo estuvo hasta principios de marzo. 
Luego volvió la pesadilla... Para quedarse. Ahora, en octubre, todavía me
duele. Llevo casi un año con el brazo malo. Ya estoy casi acostumbrada al
dolor, pero hay veces que no lo soporto. Todos los días me duele, aunque al
menos no el día entero. En la noche siempre me duele, y en el día las horas
varían. Lo siento tieso, débil, delicado, como si estuviera fatigado. Cualquier
golpe me duele el triple, comparándolo con el brazo izquierdo. Ya no sé que más
hacer. Me duele el brazo entero, no sólo el codo. TODO el brazo. Incluso a
veces me toma parte de la espalda y el cuello. Hubo un par de veces en que como
que mi mano cedió y lo que estaba sosteniendo se cayó (aunque eso ya casi no me
pasa). 
También fui al kiniesólogo, por el codo y por una contractura que tenía en ese
mismo hombro, la cual se me mejoró, pero estoy casi segura de que también
volvió. Casi cualquier parte del brazo que presiono me duele (el hombro también).
Y no lo entiendo. Soy joven, bailarina, me alimento bien... ¿qué tengo? ¿Por
qué tengo esto? ¿Por qué no se me pasa? 
Lo primero que me dijeron es que era por sobreuso (es verdad que lo utilizo
mucho, pero no soy la única persona que lo hace y no veo por qué me tiene que
dar esto) Según otro
doctor podía ser por estrés. Pero es que no me duele sólo cuando estoy
estresada... Cuando estoy estresada además del brazo, me duele el cuello, y
también el hombro (más de lo normal). Lo único que me ayuda a calmar algo el
dolor es vendármelo y ponerme calor, o a veces frío. 
Ya no quiero ir a más doctores. Ya no quiero más tratamientos. Estoy harta... A
veces es tanto que me desespero. ¿Tiene alguna idea de qué tengo? De verdad, dudo
mucho que sea el estrés.

Dolor de Hombro, Brazo y Mano

Podría ser Síndrome de Pinzamiento Neurovascular

En algunas personas que cargan pesos muertos (como maletas) con el consiguiente estiramiento muscular hacia abajo, ocurre un fenómeno postural que atrapa entre los músculos de la axila la arteria que lleva sangre al brazo y a la mano, la que al colapsarse deja de llevar sangre hasta detener el pulso.

Este síndrome se presenta también con frecuencia en personas que adoptan malas posturas de los hombros y que se quejan de dolor por encima de la clavícula, desde el hombro hasta el brazo y la mano, incluyendo los dedos meñique y anular que se aviva según la posición del brazo y del cuello.

En ocasiones se llega a sentir enfriamiento de los dedos, intolerancia al frío, dificultad de movimiento y dolor. La mano puede experimentar cambio en la coloración, ya sea palidez extrema o amoratamiento por falta de circulación; el pulso se siente débil o no existe.

Si este atrapamiento de la arteria no se atiende como es debido, puede llegar a dañar seriamente los dedos al ocurrir úlceras y necrosis en los dedos por falta de circulación. También puede presentarse hinchazón del brazo, venas que se observan protuberantes y molestias al mover el brazo y el cuello.

Este síndrome debe ser estudiado por el especialista por medio de rayos x para observar las vértebras, las costillas y la clavícula, medición del flujo de la sangre por flujometría Doppler, determinando la capacidad de la conducción nerviosa con pruebas de electromiografía y otros estudios para poder hacer un diagnóstico preciso.

Una vez hecho el diagnóstico, el tratamiento médico se inicia para evitar complicaciones y sólo se recurirá a la cirugía en los casos que no mejoran después del tratamiento.

Por lo general el tratamiento médico se divide en fisioterapia y medicamentos, encaminado el primero a fortalecer los músculos, a mejorar las malas posturas durante el trabajo y durante el sueño y también a la disminución del peso en los pacientes obesos. El tratamiento médico será a base de vitaminas del grupo B, medicamentos que ayuden a dilatar los vasos sanguíneos y a prevenir los espasmos, así como para aliviar el dolor, relajar los músculos, etc.

Debido a que hay muchas enfermedades que provocan síntomas muy parecidos, es que es necesario hacer el diagnóstico específico para dar el tratamiento adecuado en cada caso. Si usted tiene dolor en el hombro o el brazo al hacer ciertos movimientos, es mejor que acuda a revisión para atenderle en forma adecuada.

Dr. Joaquín Santoscoy
Angiólogo y Cirujano Vascular

Dolor en el brazo derecho y enfermedades del hígado

Dolor en el brazo derecho, entre los síntomas de enfermedad del hígado


En ocasiones, los dolores en determinadas zonas del cuerpo, obedecen a trastornos en otras partes de tu organismo. La osteopatía concibe el cuerpo como un todo en el que todos los sistemas se encuentran relacionados, por lo que los trastornos de uno, afectan el funcionamiento de los demás. Ma. Virginia Suarez Pereda, osteópata y fisioterapeuta, explica las causas que pueden ocasionar el dolor en el brazo derecho, uno de los síntomas a menudo relacionado, con las enfermedades del hígado.


Al igual que el dolor de hombro, cuello y espalda, el dolor de brazo derecho puede estar ocasionado por enfermedades del hígado.

La osteopatía, en la medida que considera al cuerpo como un todo, puede dar respuesta a estos trastornos en el funcionamiento de un órgano o sistema que a menudo ocasionan síntomas o dolores a distancia de la zona afectada.

Tal es el caso de José de Venezuela, quien nos comenta acerca de su dolor en el brazo derecho, como así también sobre otros síntomas relacionados con la causa de este dolor. Entre ellos: hernia diafragmática izquierda, quistes en los riñones, colesterol, triglicéridos y glicemia altos.

Dolor en el brazo derecho


Estimado Jose:

Por lo que leí de los datos que nos has dado pareciera que tu dolor de hombro derecho está relacionado con algún problema en el hígado ya que uno de los indicadores más comunes de disfunción de éste es el colesterol alto. También esto tiene relación con la hernia diafragmática. Pero más allá de esto es muy importante que realices un chequeo y una ecografía de los riñones con un médico, ya que cuando un riñón es poliquístico (tiene más de dos quistes) es una patología médica que hay que tratar sin esperar más.

Igual es muy importante que rápidamente comiences con un tratamiento médico de tus triglicéridos y glucemia altos. Lo que puedes ir haciendo mientras consultas al profesional es tener una alimentación muy muy sana que se base en el consumo de frutas y verduras, evitando la bollería, los fritos, la nata y el exceso de azúcar. Luego de que te hagas un chequeo médico sería bueno que consultes con un osteópata, pero fíjate que sea un profesional registrado. Desconozco si en Venezuela se imparte formación universitaria para la carrera de osteopatía.

Espero haber podido ayudarte
Saludos cordiales

Dolor en el brazo derecho por encima del codo

El objetivo principal de este artículo es para darle una mejor comprensión de los problemas con el dolor en el brazo derecho por encima del codo y las posibles causas. Sólo después de que nos encontramos ante la incapacidad de nuestras armas, aprendemos a apreciarlas más, porque hasta entonces, de alguna manera parecen dar por sentado. El dolor en el brazo por encima del codo puede variar de dolor moderado a severo. Se puede dar tan fuerte que una persona puede tener dificultades incluso para elevar el brazo.

Las causas pueden ser varias, y si bien en algunos casos el dolor puede ser el resultado de una simple lesión muscular o esguince, en otros, la causa del dolor pueden estar relacionados con condiciones mucho más graves. Dolor por encima de codo puede aparecer debido a las fracturas en huesos. En tales situaciones, a menudo es seguido por una inflamación de la zona que rodea el hueso lesionado. Si un nervio está dañado, así, entumecimiento en el brazo puede aparecer y ésta es una de las situaciones más graves, que a menudo puede conducir a la parálisis. En el otro lado, debido a algún trabajo pesado u otro uso excesivo de los músculos, o debido a alguna lesión, los tendones (el tejido que une el hueso y el músculo) se pueden inflamar. La inflamación de las articulaciones del brazo y el dolor en el brazo por encima del codo, son otros síntomas de esta inflamación. Lesiones musculares tales como estiramiento excesivo de los músculos también causan dolor por encima del codo. Las lesiones más comunes de este tipo ocurren durante las repeticiones de ciertas actividades y por lo general se conectan con alguna actividad deportiva. Sensibilidad, hinchazón y stiffeness de los músculos de los brazos por encima del codo son los síntomas principales.

Los nervios dañados también puede ser la razón para el dolor en el brazo por encima del codo, y, además del dolor, los siguientes síntomas son la pérdida del control sobre el brazo, irritación y la inflamación. Un nervio puede ser dañado en un accidente, un deporte de contacto, o incluso en una mala caída. Un fuerte dolor en el brazo por encima del codo puede aparecer debido a la acidez estomacal. Enfermedades como la artritis también pueden causar este tipo de dolor.

Cuando se trata el dolor en el brazo por encima del codo, en muchos casos, cuando la causa no es una lesión grave, y sale por sí mismo y no hay necesidad de atención médica. Descansar y poner hielo en el punto doloroso puede aliviar el dolor. Sin embargo, si el dolor continúa por más tiempo de lo esperado, se recomienda visitar a un médico para el diagnóstico final.